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El Blog para emprendedores

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viernes, 5 de octubre de 2012


Hemos confiado la regla de oro a la memoria; ahora confiƩmosla a la vida.
EDWIN MARKHAM



En una oportunidad me pidieron que trabajara con una compañía a cuyo presidente le preocupaba mucho la falta de cooperación entre su personal.

«Nuestro problema bĆ”sico, Stephen, es que son egoĆ­stas», me dijo. «Sencillamente no quieren cooperar. Si lo hicieran, sĆ© que podrĆ­amos producir mucho mĆ”s. ¿Puede usted ayudarnos a elaborar un programa de relaciones humanas que resuelva el problema?»

«¿Su problema es la gente o el paradigma?», le preguntĆ©.

«VĆ©alo usted mismo», fue la respuesta.

AsĆ­ lo hice. Y descubrĆ­ que existĆ­a un egoĆ­smo real, una falta de voluntad para cooperar, resistencia a la autoridad, comunicaciones defensivas. ComprendĆ­ que la cuenta bancada emocional al descubierto habĆ­a creado una cultura de baja confianza.

«Profundicemos en la cuestión», sugerĆ­a. «¿Por quĆ© su personal no coopera? ¿CuĆ”l es la recompensa por no cooperar?»

«No hay ninguna recompensa por no cooperar», me aseguró. «Las recompensas por cooperar son mucho mayores.»

«¿Lo son?», insistĆ­. En una pared de la oficina de aquel hombre habĆ­a un gran cuadro cubierto por una cortina. 

En el cuadro se veƭan unos cuantos caballos de carrera alineados en una pista. En lugar de cabezas, los caballos tenƭan las caras de los gerentes. Al final de la pista habƭa un hermoso cartel de agencia de viajes con un paisaje de las Bermudas, un panorama idƭlico con el cielo azul, jirones de nubes y una romƔntica pareja que caminaba tomada de la mano por una playa de arena blanca.

Una vez a la semana, el hombre reunía a su personal en aquella oficina y hablaba sobre la cooperación.
«Trabajemos juntos. Si lo hacemos, todos ganaremos mĆ”s dinero.» DespuĆ©s retiraba la cortina y les enseƱaba
el cuadro. «¿QuiĆ©n de ustedes va a ganar el viaje a las Bermudas?»

Eso era como pedirle a una flor que creciera y regar otra, como decir «Los despidos continuarĆ”n hasta que suba la moral». Ɖl querĆ­a cooperación. QuerĆ­a que su gente trabajara conjuntamente, que compartiera ideas, que todos se beneficiaran con el esfuerzo. Pero al mismo tiempo los ponĆ­a en una situación de competencia. El Ć©xito de un gerente significaba el fracaso de los otros.

El problema de esa compañía era el resultado de un paradigma defectuoso, como suele ocurrir con muchos problemas entre personas en la empresa, en la familia y en otros tipos de relación. El presidente pretendía obtener los frutos de la cooperación partiendo de un paradigma de competencia. Y como no lo conseguía, quería una técnica, un programa, un arreglo rÔpido que actuara como antídoto e hiciera que su personal cooperara.

Pero no se puede cambiar el fruto sin cambiar la raíz. Trabajar sobre las actitudes y conductas equivale a arrancar las hojas del Ôrbol. De modo que, en cambio, debemos concentrarnos en producir una excelencia personal y organizacional de un modo enteramente diferente, creando sistemas de información y recompensa que refuercen el valor de la cooperación.

Sea uno el presidente de una compaƱƭa o el portero, en el momento en que pasa de la independencia a la interdependencia, avanza hacia un rol de liderazgo. Se encuentra en la posición de influir sobre otras personas. Y el hĆ”bito del liderazgo interpersonal efectivo es «pensar en ganar/ganar».


Obtenido de: LOS 7 HƁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA de Stephen Covey

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