Todo en la vida comienza con la
fe. No perseguiríamos un sueño, ni abriríamos una empresa, ni ahorraríamos para
el futuro si no fuera porque tenemos fe en lo que vamos a emprender. Sólo
cuando la duda se apodera de nosotros, por desgracia, dejamos de intentarlo y
abandonamos la empresa.
Curiosamente, la mayoría de la
gente suele decir: “es mejor intentarlo y fracasar que no intentarlo en
absoluto”, pero en mi experiencia, la gran mayoría, en lo más hondo de sus
pensamientos, cree que es mejor no intentarlo y desear que hubiera salido bien en
vez de intentarlo y fracasar.
La mayoría de las personas teme al
fracaso, a meter la pata (como solemos decir), pero lo cierto es que la única
manera de fracasar es no intentarlo. Siempre y cuando intentes hacer algo es
imposible fracasar completamente porque, cuando menos, habrás aprendido de la
experiencia.
De hecho, demasiadas personas no
llegan nunca a hacer grandes sumas de dinero porque su miedo les impide correr
riesgos. Pero lo curioso es que la vida es un riesgo.
Ojo, no insinúo que debes apostar
todo lo que tienes a la ruleta rusa. Correr riesgos al azar es insensato y
nunca te conducirá a la riqueza. Me refiero a riesgos mesurados relacionados
con proyectos en los que crees; a perseguir tus objetivos a través de un plan
organizado sin dejar que el miedo a la derrota te detenga. Tu vida cambiará sólo
cuando realices ciertos cambios necesarios y debes tener fe en tu capacidad de
ponerlos en práctica.
Todos los cambios suponen un
elemento de incertidumbre y, por tanto, de riesgo; pero no puedes llegar a otro
puerto a menos que abandones el lugar donde te encuentras ahora.
Por ello, te vamos a dar los
siguientes consejos que te servirán para mantener la fe en cualquier
circunstancia:
En momentos de duda y
fatigación hazte la siguiente pregunta:
¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?
La respuesta es
simple: haz lo que harías si supieras que
no puedes fallar.
Hay un dicho que dice:
Sé decidido, poderosas fuerzas saldrán en tu ayuda.
Actúa como si fueras a triunfar,
actúa como si fueras capaz de lograr tus metas, actúa como si lo que vas a
hacer fuera a salir bien, actúa como si no pudieras fracasar en tu empeño y
como si nada pudiera impedir que logres tu propósito en la vida. Sólo entonces
comenzarás a experimentar el éxito y a lograr tus objetivos. Verás que
generalmente las cosas te saldrán bien y una vez que empieces a lograr lo que
deseas, la fe en ti mismo y en la vida irá creciendo.
Fragmento tomado del libro "Los 10 Secretos de la Riqueza Abundante" de Adam J. Jackson