De entre todas las celebraciones del año, quizá la Navidad
sea la que más impacta nuestras vidas. Su calor, su color, su ambiente, su
alegría… todo lo que la envuelve nos contagia y nos invita participar en ella.
También es cierto que en estas fechas algunos comenzamos a
deprimirnos: ver tanta alegría sin sentido aparente puede hacernos desear algo
más sustancial, algo que realmente nos llene. Es por esto que la Navidad nos recuerda que nosotros, las
personas, somos especiales; y esto es un regalo que supera cualquier objeto,
artículo o aventura que tu cartera te pueda pagar.
La belleza de este tiempo
está en reflexionar que el verdadero amor permanece en este mundo; que
más allá de guerras, hambre o tristeza, ese amor tú puedes transmitirlo con palabras
y acciones bondadosas a otras personas y no necesitas ninguna tarjeta, cara
bonita o ser simpático para lograrlo, sino solamente una voluntad dispuesta.
Es tiempo de comenzar a mirar fuera de ti, de olvidar tus
propios asuntos y poner los ojos en aquello que es verdadero, honesto, amable, virtuoso, digno de respeto… y así la paz y el amor estarán en tu vida.
Con Afecto
Riterdan (Agencia de GNP Seguros en Chiapas)
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