Hay una línea
delgada
entre el acierto y el error
cuando tomas una decisión arriesgada.
La mayoría
de la gente no toma decisiones riesgosas, no porque sea malo,
pero porque preferimos la comodidad.
Ahora bien, no digo que
la comodidad sea mala,
a todos nos encanta,
pero si te fijas bien...
toda la gente exitosa puede contarte durante horas
sobre las decisiones arriesgadas que ha tomado
para llegar a donde están hoy.
Y no hablo
de decisiones estúpidas como ingerir drogas o apostar en el casino, sino de que
confíes en tus talentos y habilidades, vamos, que confíes en ti mismo.
¿En qué eres bueno?
¿Tienes aptitud para los números, los dibujos, las palabras o los
deportes?
Todos tenemos algo mágico.
¿Qué es lo tuyo?
Y si todo va bien, ¿por qué arriesgarse?
Para ser mejor.
El mediocre puede ser aceptable y el que es bueno puede ser excelente.
Las personas son como un auto usado, siempre le encuentras una falla al menos.
Tal vez sea algo de tu personalidad, de tus finanzas, que sé yo...
Pero cuando te percates de esa falla,
si, esa que tanto detestas,
entonces será hora de:
pensar, planear y jugártela.
Cualquiera que sea la razón por la que no te arriesgues a ser mejor hoy
te parecerá ridícula cuando fallezcas.
Recordar que vas a morir es el mejor
incentivo para saber que no tienes nada que perder.
-Steve Jobs
Por David Velasco-Alvarado
Buena Reflexion
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