- Pasa tiempo con la gente. Cuando estás solo eres más propenso a desanimarte. Acostumbra invertir tiempo con las personas, reírte con ellos y pronto verás la vida de un modo distinto.
- Anima a otras personas. Algo tan sencillo como unas palabras de aliento a alguien más necesitado que tu pueden cambiar su día y el tuyo.
- Examina todo, retén lo bueno. Fíjate en el tipo de contenidos que consumes –Internet, Gente, TV, Radio- ya que eso influye altamente sobre tu estado de ánimo.
- Hazte la siguiente pregunta: ¿Por qué no me he quitado la vida? Suena drástico pero el punto es enfocarte en las razones de peso que tienes para vivir y ser feliz.
- Mantente ocupado. Y ocúpate en algo útil: un deporte, lectura, clases para aprender a nadar, etc., lo que más te apasione, pero que sea de provecho.
- Revisa tu alimentación. Productos con azúcar refinada pueden darte una sensación de energía inicial pero resultan contraproducentes. Mejor toma algo natural.
- Termina lo que has empezado. Dejar las cosas a medias deja una sensación de intranquilidad. Procura terminar lo que empiezas o mejor no lo hagas.
- Pide ayuda. Siempre hay un familiar o amigo que podrá darte un punto de vista nuevo, la pregunta es: ¿Aceptarás su consejo o vas a rechazarlo?
- Una cosa a la vez. Demasiado quehacer puede abrumarte. Organízate y haz las cosas una por una.
- Buena actitud. Este es el más importante de todos: sé agradecido por lo que tienes y ten la firme intención de no dejarte llevar por la depresión. Ver todo lo positivo de tu propia vida te cambia la forma de pensar y sentirte.
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